Tuesday, May 16, 2006

El secuestro del chico

A mí se me hace que alguien lo extravió en algún cajón. En una de esas lo veo en la cápsula de niños perdidos de canal cinco, XHGC (¿todavía la transmiten?) Tal vez sea que los hombres grises ya no se roban sólo el tiempo, sino también el “small size”.

Últimamente parece que en los restaurantes nunca hubiera existido. En la carta de Pane en Vía o en la de Domino’s, por poner un ejemplo, aparecen dos tamaños, mediano y grande. En otros lugares, creo recordar a Starbucks entre ellos, hay tamaño alto, grande y venti (¿alguien entiende cuál es cuál?)

Why, God, why?! ¿Hasta dónde hemos llegado?! Las palomas no vuelan cuando paso junto a ellas, las ratas no se asustan y existe el tamaño mediano sin necesidad del chico. ¿Cómo es eso posible, señores? El tamaño mediano existe “si y sólo si” se cuenta con tamaño chico y tamaño grande, pues es la media entre los dos. La media es la suma de “x” números dividida por “x”. Pero el principio básico de una suma es que haya dos elementos que sumar, razón por la cual debe ser también el principio básico para una media. ¿Cómo podríamos estar a medio camino si éste no tiene un principio y un fin?

¡Y sé las razones que tienen para desaparecer de la faz de la tierra una palabra, bien las sé! ¡Gringos locos! Para ellos la palabra “chico” implica una porción pequeña, y no es conveniente que el cliente tenga la idea de que está pagando por llevarse algo que resultará poco. Por eso la eliminan del vocabulario, nos la roban, para que el cliente compre, compre, compre, compre… ¡Protesto! Un engaño, un engaño vil que aumenta cada vez más: mediano, grande y extragrande. ¿Qué locura es ésa (¿cómo va a haber "extragrande"? Los tres primeros tamaños deben der chico, mediano y grande)? ¡No podemos permitir que secuestren nuestras palabras!

Explicación de mi amigo Víctor (merece la pena mencionarla): “el chico”: albur típico que hace referencia a uno de los lugares más recónditos y lóbregos del cuerpo humano. Los gringos, que ya llevan un tiempo considerable como empresarios en este país, por fin han comenzado a entender el humor del mexicano (¡ya era hora!) La fuga de dinero se ve contrarrestada con la de dignidad: el mexicano siempre sabe cómo defenderse. Y puesto que se han cansado de sentirse humillados, han hecho desaparecer el tamaño chico. Así evitan frases como: “dame el chico”.

Sin importar cuál de estas razones sea la causa del secuestro, debemos exigir el rescate del tamaño chico.

(Víctor es un elegante abogado, egresado de La Salle, dedicado a la propiedad intelectual.)

5 comments:

Vivero said...

Me encanta tu insistencia en el símil matemático. Es todavía peor de lo que dices, porque lo mediano no es necesariamente medio: un vaso es mediano si el número de vasos que lo superan en tamaño es igual al de los que son más pequeños, medio si cumple la condición que tú describes, y modal (de "moda") si la mayoría de los vasos son de ese tamaño. Definitivamente, la existencia del tamaño mediano y del grande implican la del pequeño... o del chico, si nos arriesgamos a que alguien encuentre albur, que es como hallar rima.

El marketing no es tan malo, ni tan americano, y no siempre afecta a lo pequeño. Así, cuando compro ropa nunca me mandan a la sección de "tallas grandes", sino a la de "tallas especiales" (compro más sintiéndome especial que sabiéndome gordo). Y si me da por registrarme en un club deportivo, seguro que me clasificarán como senior, y no como viejo, ni siquiera veterano. Hasta es posible que sólo tengan edades cortas y medias, y se olviden de las avanzadas. Yo no culparía a los americanos, sino al comercio y sus artes; seguro que los fenicios también vendían el aceite en ánforas medianas y grandes.

Dale saludos a Victor de parte de otro lasallista (en España dicen "lasaliano"): lo mio fue en el D.F., preparatoria de la calle Benjamín Franklin, últimos años 60 (¿A que Victor no sabía que su Universidad existiera entonces?).

Y tampoco te asombres de que los americanos no sean capaces de descifrar los albures. Los gachupines tampoco podemos, doy fe. Por un lado, es imposible para el extranjero descubrir las palabras-clave ocultas, su posición, yuxtaposición y significado. Y por otro, la solución del enigma, lo que el alburero está amenazando hacerte, o prevé que te ocurrirá, suele ser tan terrible, tan anatómica y fisiológicamente desmesurado, que si el foráneo lo descubre seguro que no se lo cree. Yo viví allí bastante tiempo, y nunca me percataba cuando me estaban albureando (¿se dice así?).

Saludos desde Madrid

Mariposa said...

Lo bueno de que existan los gringos es que puedo echarles la culpa de todo.

¿La insistencia en las matemáticas? Una vez más, te ofrezco una disculpa por mi torpe comparación. De cualquier manera, tu maravilloso comentario confirma mi argumento.

Las mercadotecnia no me gusta, ¿qué le vamos a hacer? Me parece falsa y aduladora. Y podría gustarme si fuera un poco más inteligente, pero las más de las veces me resulta torpe. Y que conste que he escrito "las más de las veces", lo cual excluye ciertas ocasiones en que, efectivamente, me hacen sentir no sólo especial sino única. Lo único que me pasa es que soy algo alérgica a la estupidez.

Y así es como me parece la idea de omitir una palabra con fines mercadológicos, estúpida; estúpida porque gracias a ella, la sucesión de los vocablos de que hablo (chico, mediano y grande) es posible y cobra sentido, y en tal ordenación, la única palabra que puede eliminarse es la de en medio precisamente, pero no la del principio ni la del fin.

Uno de mis tíos estudió Letras hispánicas en la UNAM. Me ha contado varias veces que uno de sus maestros decía que para que lo atrapara un libro, los personajes debían ser más inteligentes que él. En contraste, si la mercadoteccnia quiere atraparme, la persona que la crea (de crear)no puede ser más tonta que yo.

Saludos.

Mariposa said...

Tequila:

Precisamente, es necesario lo pequeño para conservar el equilibrio.

Saludos.

Mamá-Z said...

Afortunadamente, señorita Policía Gramatica, en México todavía le damos mucho valor al chico, lo veneramos, es casi una religión.

Mamá-Z said...

Fe de erratas: Donde dice "señorita Policía Gramatica", debe decir "señorita Policía Gramatical".